Dios…¿Será que volvimos a los tiempos de Jesús?
Fotos: internet
Dos
visiones, un cúmulo de sentimientos encontrados y siete (7) premisas, me deja esta
fabulosa película “La pasión de Cristo”. Hace 10 años, cuando la vi por primera
vez en el cine, sufrí mucho al ver el sacrificio del cordero de Dios por el perdón
de los pecados, y es que en todas las versiones existentes de la pasión de Cristo
vista desde niña y antes de Mel Gibson, me sigue dejando el mismo profundo dolor,
¿por qué tanta injusticia?, ¿por qué tanto ensañamiento ante un ser inocente?,
porque no hemos comprendido nada, después de 2014 años, de su muerte y
resurrección.
Ver esta pelicula, escribir una reflexión y no llorar, es simplemente no tener sentimiento. Hace diez años
atrás mi visión era desde la catequesis y mis acciones con la comunidad para
testificar el evangelio desde el accionar. Pero 10 años después esta visión no solo se mantiene sino que se
afianza, al inculturizarla en nuestros tiempos, como madre, como ciudadana venezolana que todos
los días ve, con mucho miedo, la injusticia, el ensañamiento y el abuso de
poder. Aquí parte mis dos primeras premisas. El abuso de poder de las autoridades, bien sea pública, como de cualquier mortal que se sienta con una couta de poder, cuando no se cumple con los
parámetros legales y simplemente, se violan los derechos de todo aquel que se
revele.

María,
representaba para Jesús la fuerza para continuar adelante en el cumplimiento de
su meta, pues siempre, que el caía ella estaba allí presente para acompañarlo durante
su camino al Gólgota (calvario), me llamo profundamente la atención en el
momento que el cae y como su madre sale corriendo a su encuentro, como lo hizo,
cuando era niño. Y es que las madres estamos allí para estar con nuestros
hijos/as,
en las buenas y en las malas, en la salud y la enfermedad, como en el
matrimonio, para toda la vida, aquí mi cuarta premisa “Ves madre, puedo hacer cosas nuevas”, y es que si Jesús vino para
enseñarnos la Verdad, la verdad de ser testimonio del evangelio e ir por el mundo
llevando la buena nueva. En la última cena, nos dejo el siguiente mensaje “Yo soy el camino, la verdad y la vida,
nadie llega al padre, sino es a través de mi”, quinta premisa. De igual
manera, nos dice “No hay amor más
grande, que el que da la vida por un amigo”, efectivamente, Dios no ama
tanto, que nos dejo a su único hijo en sacrificio para el perdón de los
pecados. No podemos olvidar esto, nos toca trabajar muy duro para recuperar
nuestro país. No solo son valores perdidos, es la fe y la esperanza perdida.
Por eso, ante esta gran inestabilidad en el país, me atrevo a escribir “Dios…
Será que volvimos a los tiempos de Jesús?. ¿Qué pasó con nuestros corazones?.
Finalmente, mi última premisa, está relacionada con “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”. Solo cuando
volvamos a tener un nuevo corazón capaz de amar, cesará el odio, las
divisiones, el egoísmo y la injusticia, volveremos a tener PAZ, no la de las
tres letras o la que se da en la misa simbólicamente, sino la Paz que se
construye desde la fe, desde las buenas acciones, nos toca orar, orar mucho por
nuestro enemigos, por el país y por nosotros mismo. Para volver a tener un
corazón nuevo para alabarte.
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