Solemnidad de Corpus Christi, un milagro de Amor llamado Eucaristía
La Solemnidad de Corpus Christi se celebra, los día Jueves, 60 días después del Domingo de Resurrección, aunque desde el año 1989 esta festividad se trasladó al Domingo siguiente.


Una vez que culminó la misa, se realizó la minerva y en procesión por Punta de Mulatos, ofrecida por las familias, los matrimonios y el país, se realizó la bendición de tres (3) altares, las familias preparadas y la comunidad en general salió a participar de esta actividad religiosa.
Aquí les comparto extracto de la homilía:
Hoy, la Iglesia celebra uno de los grandes martirios de nuestra Fe, Cristo se hace Eucaristía, pan de vida eterna, alimento de salvación. Miren hermanos cuanto amor a querido darnos y demostrarnos Dios para con nosotros; nos ha creado, nos ha dado este mundo inmenso y maravilloso, ha querido llamarnos pueblo suyo, pueblo santo. El padre, nos afianzaba, que nuestra acciones siempre deben estar enmarcadas a agradar a Dios. "Un solo pueblo agradable, siempre a Dios", continuó diciendo:
Por nuestra desobediencia, el mismo se ha hecho hombre, naciendo pobre, para encontrarnos con él entre los pobres, nos ha comunicado su mensaje, su palabra, para hacernos discípulos suyos y como muestra infinita de su amor, dio su vida por nosotros en la cruz, dejando el sacramento de su cuerpo y su sangre en el altar, en las manos de los discípulos, de los sacerdotes; así escuchamos en el evangelio; "tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus apóstoles para que ellos comieran de si, pero con esta instrucción: "Háganlo en conmemoración mía"; de la misma ,manera tomó el vino y les dijo tomen, todos de él, esta mi sangre que será derramada para el perdón de los pecados: ¡Háganlo en conmemoración mía!.
En la primera lectura, tomada del libro del éxodo, Moisés nos recuerda que hemos sido rociados con sangre para ser consagrados. Si, consagrados por y en Cristo. Al recibir la sagrada comunión, somos nuevos consagrados, unido a Cristo para formar un solo cuerpo, un pueblo Santo, agradable a Dios. Por eso, en el altar, está la copa de la Salvación, como escuchamos en el salmo.
Hermanos, lectores de aprendiendo a ser ciudadano, la invitación es a confiar, a no perder la esperanza, a entregar todas nuestras adversidades, a Cristo que se hizo pan de vida de eterna, que está entre nosotros hasta el final de los tiempos.
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Flor Piñango /frpinango@gmail.com
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