MENSAJE FRATERNO DE LOS OBISPOS DE COLOMBIA Y VENEZUELA
Bogotá,
3 de septiembre de 2015
“Porque Él es nuestra paz. De los dos pueblos hizo uno, derribando la
división, la enemistad…para crear en sí mismo, de los dos un solo hombre nuevo”
(Ef 2,14-15).
Movidos
por la Palabra de Dios, Obispos de Colombia y Venezuela, invitados por la
Presidencia del CELAM, queremos ratificar nuestro compromiso por la paz de
nuestras naciones. Queremos reafirmar
que nuestros pueblos, aún con sus diferencias propias, siempre se han
distinguido por la fraternidad, la solidaridad y la unidad. El origen común nos garantiza que en nuestros
pueblos se puede vivir lo que nos pide Dios, no hay un muro que divida sino una
realidad que nos une, además de la cultura e historia común, la fe en
Jesucristo.
Por
todo esto compartimos el dolor y la angustia que hemos podido sentir en tantos
hermanos nuestros, ante la crisis creada en la frontera colombo-venezolana.
Tenemos
consciencia de los graves problemas existentes en la zona fronteriza compartida
por ambos países: redes de delincuencia organizada, tráfico de personas, grupos
irregulares, tráfico de drogas, contrabando, corrupción pública y privada. Pero ninguna de estas graves dificultades, de
raíces económicas, políticas y sociales, y de consecuencias morales se resuelve
por la vía de la fuerza. Preocupa a toda
la comunidad binacional las medidas tomadas por el gobierno de Venezuela con
sus consecuencias: la implementación del Estado de excepción en los municipios
de la frontera Venezolana, de expulsión masiva, separación de las familias,
pérdida de las viviendas y afectación de la vida económica y social de la
región. Lamentablemente, como suele
suceder, estas medidas han golpeado a sectores más pobres y vulnerables tanto
de Colombia como de Venezuela.
Deploramos
todo exceso que atente contra la dignidad de la persona humana y sus derechos
fundamentales. Por eso es necesario que
los derechos humanos de cada quien, cualquiera que sea su condición,
nacionalidad o credo sean respetados. Hay
una razón fundamental para ello y es que somos hijos de Dios, con una dignidad
propia recibida de Él mismo. Esto
incluye dejar a un lado toda ofensa o expresión descalificadora que pueda
contribuir a conductas de tipo xenófobo.
Llamamos la atención sobre los riesgos impredecibles que puedan traer tanto
la militarización de las fronteras como la judicialización del problema.
Invitamos
a la comunidad internacional a seguir de cerca esta situación de crisis y
cooperar en la adecuada y justa solución de la misma, así como la defensa de
los derechos humanos de todos. Pedimos a
nuestros hermanos de Colombia y Venezuela tomar conciencia de que el problema
no es solo de los habitantes de frontera sino que nos involucra y compromete a todos
los ciudadanos.
Reafirmamos
nuestra solidaridad con los más pequeños y hacemos nuestros sus dolores y
angustias con la confianza que de Dios llegará el consuelo, pero también las
luces que iluminen a quienes tienen que tomar las decisiones a su favor. También expresamos nuestra solidaridad con
las diócesis de la frontera que han estado trabajando con sentido de caridad,
justicia y paz para atender a tantas personas que lo requieren. En este sentido agradecemos a todas aquellas
personas e instituciones que con sentido de comunión han contribuido con los
que más sufren, desde una oración hasta una ayuda material.
La
Presidencia de ambas Conferencias Episcopales se han comprometido a reforzar
nuestra comunión y así ir elaborando planes y acciones conjuntas no solo para
atender esta coyuntura, sino para hacer realidad la petición del Papa Francisco
“una Iglesia sin fronteras madre de todos”.
Imploramos
del Dios de la vida y Padre de todos, su fuerza y su luz por intercesión de
María, la Madre de Dios, la misma de Chiquinquirá y Coromoto.
+ Cardenal Rubén Salazar Gómez
Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia
Presidente del CELAM
+ Luis Augusto Castro Quiroga
Arzobispo de Tunja
Presidente
Conferencia Episcopal de Colombia
+ Diego Rafael Padrón Sánchez
Arzobispo de Cumaná
Presidente
Conferencia Episcopal Venezolana
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