DIGNOS O DIGNIFICADOS ¿QUÉ SEREMOS REALMENTE?

La reflexión del día de hoy comienza con una duda; dignos o dignificados?, la palabra dignidad es muy mencionada en los últimos tiempos, hasta se ha puesto de moda, forma parte de nuestro vocabulario y de nuestro discurso; la usan los políticos, los líderes comunitarios, las organizaciones, las empresas, la iglesia y todas las personas en general, pero de verdad conocemos que significa esta palabra? o un poco más a lo profundo la tenemos internalizada?, he ahí la gran disyuntiva, cuando uno ve en los ciudadanos y en las autoridades acciones que no son nadas dignas, ni mucho menos se comparan con un acto de dignidad. El diccionario Larousse la define como: Respeto que se merece uno. Si nos llevaramos por esta definición, ¿Qué tan dignos somos, cuando para acceder a cualquier servicio público o privado, se nos hace esperar, se nos maltrata y todo se hace cuesta arriba?.¿Qué tan dignos somos, cuando se somete a cualquier ciudadano al escarnio público, se critica y a través de chismes o comentarios se destruyen la imagen de cualquier persona?. La Constitución de la República Boliviariana de Venezuela, en su Art. 60, recita: "Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y ciudadanas y el pleno ejercicio de sus derechos". Es legal exigir nuestro derecho a ser respetado y a que nos proporcionen una vida digna. El actuar humano, cuando tiende a promover la dignidad y la vocación integral de la persona, la calidad de sus condiciones de existencia, el encuentro y la solidaridad de los pueblos y las naciones, es conforme a los designios de Dios, que no deja nunca de mostrar su Amor y su providencia para con sus hijos. (CDSI. Nº 35). Las Organizaciones sociales, bien sea gubernamental o no guberamental, están llamadas a trabajar por la dignidad de la persona, el significado Dignidad (no es orgullo), es un valor, nos merecemos vivir dignamente, que el Estado garantice y provea todas las facilidades (no control) para el acceso a una vida sana. Con todos los Derechos garantizados (Vida, seguridad, justicia, salud, alimentación, educación, vivienda, recreación, pleno empleo, salarios justos)... etc. El compendio de la Doctrina Social de la Iglesia en el Nº 185, dice: "Es imposible promover la dignidad de la persona sino se cuidan la familia, los grupos, las asociaciones, las realidades territoriales locales, en definitiva, aquellas expresiones agregativas de tipo económico, social, cultural, deportivo, recreativo, profesional, político, a las que las personas dan vida espontáneamente y que hacen posible su efectivo crecimiento social". A esta definición, la denominamos Principìo de subsidiariedad. El cual protege a las personas de los abusos de las instancias sociales superiores e insta a estas últimas a ayudar a los partículares y a los cuerpos intermedios a desarrollar sus tareas. Este principio se impone porque toda familia, y cuerpo intermedio tiene algo original que ofrecer a la comunidad. La experiencia constata que la negación de la subsidiariedad, o su limitación en nombre de una pretendida democratización o igualdad de todos en la sociedad, limita y a veces también anula, el espíritu de libertad e iniciativa. (CDSI 187).
Hermanos, para finalizar este artículo, les quiero recordar, lo que siempre les digo: Todos los cristianos estamos llamados a promover la transformación social y ha contribuir con la Construcción de la Civilización del Amor, esto significa que todos/as debemos luchar para tener una vida digna, comenzando por el respeto de los unos con los otros, partiendo del primer mandamiento "Ama a tu prójimo como a tí mismo". (Mc. 12, 28-34), debemos trabajar por el Bien Común, en comunidad, sin individualidad. Internalizando que la dignidad va mas allá de lo que creemos que merecemos, o de lo que se nos hace creer. No son las migajas. Es un derecho. Dios creo un mundo perfecto, donde todo cabemos y tenemos derechos a vivir bien. Nos vemos en próximos artículos.

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